Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades RIAM

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Sunday, May 31, 2015

Raúl González “El Angel de Madrid” ya estaba en la Habana antes que su equipo



Por Enmanuel George.

Así como las lecciones que da la familia, como la enseñanza de maestros en las escuelas o las propias experiencias que acontecen a uno día a día, de igual forma Raúl marcó mi vida.
Mi primer partido de futbol que vi fue en el año 1998 con un gol suyo frente a Nigeria, en el mundial de 1998. Fue un flechazo, su gol y mi impresión. Con mis partidos en las tardes con los chicos del barrio trataba de jugar como él. Ya la pierna zurda estaba garantizada por genética y también la forma encorvada de correr. Por esto (y por tanto hablar de él) en el equipo Plaza me llegaron a llamar así, hasta los 17 años.
 En tiempos en que en Cuba ponían un solo partido a la semana, retransmitido y editado, y cuando no había actividad de connotación que lo quitaran, había que ser muy fanático para seguir el fútbol. Había que pagar en los hoteles, algo que casi nunca podía costear.
 La alternativa era oír los partidos por la radio con señal de onda corta. Esa señal la tenían radios rusos viejos VEF o Selena, verdaderos dinosaurios salvaguardados por abuelas, amas de casa y anticuarios amateurs de la necesidad. En mi casa había un VEF 206 que me trajo más de un problema con mi abuela porque decía que era propiedad de su mamá y que yo lo había robado. Como imaginas era difícil lograr una sintonía limpia, en cuanto se nublaba se perdía por completo la señal. También tenía problemas con el selector de canales y la antena, para agregar.
Nos reuníamos los chicos muchas veces a  oír y discutir alrededor del radio, sin poderlo tocar como algo sagrado, para no desajustarlo. Recuerdo que si se iba la luz a la hora de los juegos, corríamos hacia una u otra casa de mis amigos Paseo abajo.  Lo llevaba a la escuela en los partidos entre semana, dejando los libros para poder meterlo en la mochila. Tenía que convencer a la profe de que era eminentemente deportivo mi propósito y que no había llevado ese armatroste para escuchar Radio Martí ni otra cosa disidente.
Había que pegar los oídos a la caja para deducir un resultado, el autor de un gol, o si Raúl seguía en cancha o había marcado ya. Así fue que seguí su carrera. Muchos goles no los vi, los imaginaba tras una descripción difusa y entrecortada. Puede que hayan sido goles simples, que aún en mi presente los visualizo como épicos, acrobáticos. Sus mejores partidos, sus títulos y sus derrotas se oyeron muchas tardes en mi casa, pasando incluso de una a otra esquina para lograr la sintonía más limpia, donde no se mezclara la narración con un discurso ruso o un culto evangelista radial. Escuché su último partido con el Real Madrid, el último que ha jugado con la selección de España.
Con el tiempo muchos narradores fueron cambiando, hasta fallecieron algunos. Siendo mis confidentes desde aquel lado, mis informantes, me dolía y extrañaba a quienes dejaba de escuchar. Más de una vez entrevistaron en vivo a Raúl, y agradecí tanto por eso. Son amigos míos que no me conocen.
No me rindo en conseguir entradas para el próximo juego del martes, pero siento miedo que tenga que encender mi radio para escuchar un partido de Raúl jugando aquí en Cuba.

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Tuesday, May 26, 2015

¿Solo usan barba los hombres blancos y heterosexuales?


Por Jesús E. Muñoz Machín (RIAM)

Les propongo una mirada a dos comentarios generados por el trabajo Tiempo de lumbersexuales, publicado el 24 de mayo en Juventud Rebelde. Y luego agrego dos breves comentarios.

Mariela Pérez-Castro - 26 de Mayo del 2015 15:29:11 CDT
Bien, que viva la barba. Cada quien debe sentirse cómodo con lo que usa, independientemente de si está de moda o no. ¿Estilo leñador? Ok; siempre que este sea externo y no una cuestión de actitud, porque andar por la vida destrozando árboles como leñadores no es precisamente ni elegante ni civilizado. Es cierto que las mujeres ya veníamos echando de menos la imagen varonil, porque a mí, como a otras muchas indudablemente, a veces nos ha asaltado la duda de ¿será o no será? Desde los tiempos de los cromañones la barba ha sido una señal de "Aquí hay un hombre".

perplejo - 25 de Mayo del 2015 11:18:29 CDT

Y en Cuba solo usan barba los blancos????

Génesis dice: 
El comentario de Mariela Pérez Castro (como otros) denota cierto sesgo homofóbico: “¿será o no será?”, dice ella en franca referencia a la orientación sexual de los metrosexuales, que nada tiene que ver con la estética corporal. Desacertada también su frase: “Desde los tiempos de los cromañones la barba ha sido una señal de "Aquí hay un hombre". Mi pareja me miró y sonrío, claro, es que no uso barba y soy hombre.

¿Qué es ser un hombre? Invito a pensar en ello. Desde la cultura hemos construido el concepto de masculinidad asociado a determinadas características que tipifican o identifican a un varón. Eso que en Cuba llamaríamos “Macho, varón masculino”, lo que después se emplea para discriminar a quiénes no cumplen con esos parámetros. Sobre todo, si su orientación sexual no es heterosexual. Ese es el sustento del comentario de Mariela.

Y el otro comentario que me parece muy interesante es el de perplejo, quien pregunta: “Y en Cuba solo usan barba los blancos????”.


Dani Alves, futbolista de Brasil.

Nuevamente los medios de comunicación, sobre todo desde el contenido visual, olvidan mostrar la amplia diversidad de cubanas y cubanos, en este caso de los hombres lumbersexuales. No son tantos los hombres negros que se acogen a la moda lumber, lo reconozco, pero sí los hay. Asignatura pendiente.
Por lo demás, el trabajo y los comentarios han generado una interesante reflexión sobre el tema de los lumbersexuales.

http://genesiscuba.blogspot.com/2015/05/solo-usan-barba-los-hombres-blancos-una.html
http://www.juventudrebelde.cu/cuba/2015-05-23/tiempos-de-lumbersexuales/

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Monday, May 25, 2015

Lumbersexuales ¿en Holguín?



 Por Luis Felipe Maldonado Llaudy

Los lumbersexuales son la nueva atracción de las revistas de moda. Esta clasificación atraviesa ahora mismo por contradicciones interesantes: ¿La lumbersexualidad es una moda o expresión de la sexualidad? ¿Los lumbersexuales están rescatando a la masculinidad? ¿Son los detractores de la Metrosexualidad? Aquí te proponemos un acercamiento a esta tendencia.

¿Qué son los lumbersexuales?
Chicos con barbas cortas, camisas a cuadros, jeans, botas de trabajo, aspecto rudo y el cabello un poco más largo de lo común. Estas características definen a un lumbersexual, según el mundo del vestir.
La clasificación comenzó a circular hace algún tiempo, aunque sus expresiones son tan antiguas como la moda. Uno de los primeros sitios en hablar ampliamente sobre este calificativo fue el portal Gear Junkie, que describe al lumbersexual de la siguiente manera:
“Parece un hombre salido del bosque; en su mochila lleva una Laptop, sin embargo, parece como si llevara un hacha de leñador”. Y justamente eso, parece un leñador. De hecho, lumbersexual se traduce como “leña-sexual”.

 Leñador parece, aunque no lo es…
En Holguín, esta tendencia se observa en pequeños grupos de jóvenes. Sobre todo en aquellos asociados a culturas urbanas o que intentan copiar patrones foráneos. Al preguntarles a algunos sobre su estilo de moda, ninguno supo definirlo y todos afirmaron desconocer el término.
 Esta denominación no es más que una etiqueta, otra más para un mundo repleto de estas. Nos llama la atención que hay una tendencia marcada en relacionar moda con sexualidad, aunque, en algunos casos, no tenga relación directa con ella.
 Si bien el travestismo y la metrosexualidad fomentaron un marcado interés por los estudios de la sexualidad sobre algunos patrones de moda, hay que tener cuidado con la legitimación de nuevos conceptos.
 La lumbersexualidad no constituye ningún sexo, género, identidad de género u orientación sexual; entonces habría que reevaluar el término lumbersexual y quizá para la “funcionalidad” de la moda proponemos defender: lumberman style (estilo de leñador).

Ver  http://www.ahora.cu/secciones/sexuados/16609-lumbersexuales-en-holguin-infografia-y-video

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Sunday, May 24, 2015

¿Llegaron a Cuba los lumbersexuales?



Algunos la ven como símbolo de rebeldía, muchos confiesan que la dejaron crecer por vagancia y otros lo decidieron después de tiempo afeitándose en su vida docente y de servicio militar. Las barbas crecen en los rostros de los jóvenes cubanos, independientes o no de tendencias que señalan a los lumbersexuales como la contraparte de los metrosexuales




Lebron James, lumbersexual y estrella de la liga de baloncesto NBA.


Por Yuniel Labacena Romero y  Susana Gómez Bugallo
 

Pueden pasar unos días y hasta meses con vellos que pueblan sus rostros. Muchos ya decidieron que las barbas serían parte de su estilo. Lo que años atrás era excepción se ha convertido en creciente generalidad. Parece que la moda de las barbas regresa.
Los ojos de los entrevistados por JR en las calles de La Habana (aunque esta incursión no es solo en la capital) se llenaban de orgullo inmediatamente que se les inquiría por su «preciado tesoro». Muchos se iniciaron con el vello facial solo por embullo de algún «socio» y hoy llevan su barba como patrimonio de lo maduros y atractivos que suelen ser los chicos cuando llegan a los 20 años y adoptan este nuevo look, que no es tan descuidado como aparenta.
El estudiante universitario Rafael Dausá afirma que le gusta su barba porque todos coinciden en que se parece al futbolista Piqué, y eso ha hecho que se adapte más a ella, aunque la adoptó porque era muy velludo, debía afeitarse constantemente y se le irritaba la cara. Sin embargo, defiende sus beneficios en cuanto a las muchachas.
«Me gustan los hombres con barba», comenta su amiga Yaremis Díaz, quien aclara que no tiene nada que ver con los estereotipos, pero cree que afeitarse está más ligado a las mujeres, porque los muchachos sin vellos parecen niños.
Cuando habla así se acerca a una realidad más allá de la apariencia: a la moda de los lumbersexuales, que se muestra como contraposición de los metrosexuales, criticados por unos y asumidos por otros. Hoy parece que la feminización de la apariencia ya no significa estar a la moda.
Sin embargo, comprobamos en nuestra búsqueda que el hecho de que un joven ande con barba no quiere decir que conozca la moda lumbersexual (o leñadores del sexo, por el aspecto rudo de los chicos). Muchos de los interrogados ni siquiera han oído hablar de esta. Otros explican que lo de «tosco» es solo fachada, porque dedican mucho tiempo a su barba. Visitan el barbero cual si se tratara de un peinado, la cuidan, recortan y lavan en un ritual que incluye champú, acondicionador, crema y colonias. 

¿Moda, vagancia o creencia?
Alejandro López y Mario Sergio Mateo, sentados en un banco de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana, se echan las culpas uno al otro de haber sido influenciado para dejarse la barba. Pero al final ambos están muy satisfechos porque en la universidad es común, les hace verse diferentes… y les entretiene acariciarla.
Algunos de los entrevistados asumen esta tendencia como símbolo de solidaridad, como es el caso del equipo de baloncesto de esta facultad, que se nombra Los barbudos y muchos escogieron la moda para acompañar a sus jugadores.
Otros, como el estudiante Dariel Casado, la esgrimen como distintivo de rebeldía. Este joven confiesa que lo hace porque se identifica con el Movimiento 26 de Julio y él es un muchacho rebelde. Además, conoce las características emocionales del lumbersexual y las comparte.
El profesor de Filosofía Rogney Piedra no titubea mucho cuando suelta que para él es una forma de ahorrar máquinas de afeitar, y que, además, es muy vago y prefiere quitar esto de su lista de obligaciones. A muchas mujeres no les gusta, aduce, me dicen que me la quite.
Su compañero Ariel Pierucci no está de acuerdo con lo del disgusto femenino por esta apariencia. Él la asumió como forma de satisfacer un deseo frustrado de su adolescencia, y por estar obligado a afeitarse en instituciones docentes y durante el servicio militar. «No hay máquina que me rasure. No me da calor ni molesta, solo debo recortarla cuando crece».
Según el joven periodista Jesús E. Machín, lo lumber es parte del juego de la sociedad patriarcal y globalizada donde se absorben los símbolos de determinados grupos y se convierten en moda. «No creo que sea o no el fin de la metrosexualidad; es otra manera de expresar un mismo deseo y de potenciar una imagen que resalte algunos atributos».
La Doctora Isabel Moya, directora de la revista Mujeres y experta en género y comunicación, comparte que detrás de las etiquetas más que nada hay mercado y consumismo. «Muchas veces no significan cambio de valores sobre masculinidad o relaciones entre masculinidad y feminidad.
«Hay un elemento interesante: el mercado ha descubierto un nicho en los productos considerados para hombres que van más allá de pantalones, camisas y colonia. Seguramente ahora, como mismo se pusieron de moda las cremas depiladoras, aparecerán productos para la barba. Creo que cada cual debe adoptar el estilo con que mejor se sienta». 

Más diversidad a la moda
Si bien en la metrosexualidad el hombre gusta de cuidar su imagen bastante, con tendencia a la feminidad, con el lumbersexual se recupera la masculinidad que se había «extraviado» entre depilaciones, cremas y peinados.
Según el Doctor Julio César González Pagés, profesor de la Universidad de La Habana, el lumber responde a una nueva moda de barba abundante que ha pasado por diferentes momentos, y representa hombría, poder y sabiduría.
«Se trata de un estereotipo de masculinidad perdido hace años, que impone la moda del desaliñado. Aunque a primera vista se ven las barbas, está asociado a pantalones remangados, botas y camisas a cuadros; como un leñador.
«Esta estética, arraigada a nivel mundial, sobre todo en deportistas y artistas, tiene su surgimiento en Estados Unidos, Noruega, Alemania y hasta en Cuba, a partir de los años 50 del siglo pasado, cuando los llamados barbudos que integraron el Ejército Rebelde bajaron de la Sierra Maestra. Están, por ejemplo, las barbas de Fidel y Camilo».
El otrora Coordinador de la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades refirió que si en otras épocas se usaban frases vinculadas al hombre como: «Cuanto más feo, más hermoso», que señalaba que las que debían presumir y ser bonitas eran las mujeres, el lumbersexual rompe con esa imagen de hombre rasurado que se había instalado.
«El lumber no tiene que ver con la orientación sexual; tampoco la metrosexualidad. Muchas veces pensamos que los nuevos estilos se relacionan con ello. Estos hombres en su inmensa mayoría tienen conducta heterosexual; se trata de un posicionamiento estético», aclara.
¿La nueva moda es el fin de la metrosexualidad?, se preguntan todos. Según González Pagés, solo llegó para posicionarse, pues no todos los hombres asumieron la metrosexualidad, aun cuando existía una postura estética e ideológica hacia ella. Hay personas que rechazaron esa moda y aseguran que llegó su momento final. Además, el estilo leñador se asocia con una respuesta a las mujeres que expresaron que los hombres habían perdido un poco «su sabor a macho».
«El lumbersexual llega en medio de la diversidad de estéticas y masculinidades que nos permitimos. No se trata de estar a favor o en contra de una tendencia; si su regreso significa sentirse bien, no hay problema, pues no responde a ninguna ideología hegemónica o discriminatoria. Ambas tendencias convivirán armónicamente».
Muchos hombres en Cuba han llevado barba en alguna etapa de su vida, como los famosos hippies o aquellos que han preferido un estilo más conservador. Ahora vuelve a usarse entre los cubanos, con mayor protagonismo en la juventud, sobre todo de las provincias de La Habana, Santiago de Cuba, Villa Clara y Holguín, refirió el especialista.
«La moda ha regresado desde el invierno pasado, durante las jornadas del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, sobre todo en quienes venían de Europa y Estados Unidos o como parte de los intercambios internacionales de estudiantes. Es un fenómeno urbano traído también por el fútbol, primero con David Beckham y después con Cristiano Ronaldo. Está más enraizada en sectores intelectuales y su avanzada va en las barbas.
«Su esplendor llegará con más fuerza en el verano, pues los jóvenes saldrán de las escuelas. Vendrán tiempos de lumbersexuales-manías como ocurrió con la metrosexualidad. Lo difícil es que la moda se está acentuando en pleno verano y veremos a los muchachos sufriendo con botas altas y camisas de cuadros, desafiando las altas temperaturas».
González Pagés aconseja a los jóvenes que no sean «esclavos» de las modas: aquellos que se rasuran tienen su estética, igual sucede con quienes desean barbas. «Quienes tienen mucho vello facial no deben someterse al sufrimiento de intentar ser metrosexuales, pues ello les puede ocasionar enfermedades. La moda da la posibilidad de asumirse lo más parecido a lo que uno desea y cree».
A los padres les recuerda que cada generación tiene una estética diferente. «No deben ser reaccionarios y conservadores con sus hijos, pues en una misma familia conviven descendientes metros y lumbersexuales. La clave está en orientarlos.
«Habrá más diversidad en la moda; tenemos que lograr que la estética se parezca más a los seres humanos, que nos conecte con actividades, objetos y relaciones desde nuestro propio deseo, no desde lo que pensamos que se espera de nosotros. ¡Bienvenidos entonces los lumbersexuales!».

Ver  http://www.juventudrebelde.cu/cuba/2015-05-23/tiempos-de-lumbersexuales

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